sábado, 15 de septiembre de 2012

Parte 1.

Parte 1.-


Me desperté. Me pregunté que hora era pero no moleste en descubrirlo. Sentía que alguien me cogía como si no hubiera un mañana. Por el tacto de sus brazos y por coherencia sabia que era un chico. Me deshice de su abrazo aunque al estar dormido no me costó demasiado. Le vi la cara y lo reconocí al instante. Era rubio, de piel blanca como la nieve y unos ojos azules. Pero eso yo ya lo sabia porque sus ojos estaban cerrados.

No estaba segura si seguir durmiendo en sus brazos al saber que nunca mas estaría entre ellos otra vez o levantarme, arreglarme, vestirme y hacer el desayuno... Me decidí. Fui al cuarto de baño y me di una duche rápida sin pelo ni nada. Salí y me seque un poco el pelo. Me cubrí el cuerpo con una toalla y fui hacia el armario. Cogí una falda-pantalón negra, con una camiseta blanca lisa fresquita con una manoletinas blancas. Unos aros en mis orejas negras, un collar con el signo de la paz, una pulsera con dados y bolitas de colores negra. Volví al baño para secarme el pelo se me quedo liso, mojado y seco a la vez. Pero sabia que a lo largo del día se me rizaría.

Bajé a la cocina. Busqué que preparar. Encontré unas tortitas. Tuve la idea enseguida. El típico desayuno americano: Las tortitas con un cuadrado de mantequilla y el sirope de maíz. Acompañado con un zumo de naranja, un café con leche y dos boles una con fresas y el otro con blueberrys. Lo coloque todo en una bandeja blanca con unos detalles sencillos dorados.

Lo subí hasta la habitación. Aun dormía. Parecía un ángel. Le desperté con caricias y mimos. 
Se levantó y me dijo: 'Buenos días, preciosa.' Me sonrojé al instante. 
Le conteste: 'Tengo una sorpresa para ti.' Me miro y me dedico una sonrisa. Me dirigí hacia la bandeja, la cogí y se la puse en sus piernas.

Me miro y sus ojos se iluminaron. Me preguntó que si yo había desayunado ya... Le dije que no, que se me había olvidado. Agachando la cabeza. Él me ofreció que lo compartiéramos mitad mitad y acepte su propuesta. Desayunamos juntos. Al acabar fui a dejar todo en la cocina. Él se vino conmigo a ayudarme a ponerlo todo en orden.

Le propuse que fuésemos a caminar y a dar una vuelta.

Me respondió: 'Hoy al ser domingo no hay mucho abierto y eso... Porque no vamos a la cama te pones cómoda y nos acostamos a ver unas pelis.'

Asentí. Mientras me cambiaba, el eligió las pelis. Vimos 'Buscando a Nemo' y 'El Diario de Noa'. Me encantó la selección ya que sus pelis favoritas me encantaban. Las disfrutamos acurrucados, con risas, caricias, besos en las mejillas, frentes y cuellos. También con palomitas y pañuelos para las lágrimas...


"Hace dos años..."

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